Por: Mario Javier Pacheco
Cuba y Venezuela son espejo del desastre comunista y socialista de Castro y Chávez, y sigue Colombia, nos quieren convertir en otra Cubazuela del continente.
La plata encaletada de las FARC empieza a evidenciarse en el inusitado movimiento de las redes sociales a favor de los populistas Siglo XXI que prometen subsidiar todo.
No hay otro que pueda detener este peligro, que Iván Duque.
Formado por Uribe, Duque sube como espuma en las encuestas. Su carisma es innegable y especialmente su talante de estadista y su prodigiosa memoria que lo hacen imbatible en el debate. La gente de todos los rincones del país pide ver las famosas revolcadas argumentales que ha hecho a Fajardo y Petro. Son virales.
Pero tiene su San Benito.
Le siguen dando golpes bajos desde su propia esquina, porque algunos no han manejado el resentimiento y están actuando, no solo incoherentemente, sino de manera estúpida.
Lástima que esto esté pasando en el CD, es un grupo cada vez menor, pero su responsable es Oscar Iván Zuluaga quien debería ser vinculante y no disociador. Y la cosa es perentoria: o dejamos la pendejada o nos alinean las FARC con sus candidatos en cuerpo ajeno, Petro o Fajardo, los verdaderos enemigos del país.
En el Centro Democrático hay dos corrientes: la de Uribe y la de Zuluaga; la primera, en la que se encuentra Duque, es doctrinal y rechaza el clientelismo, la contratitis y el derroche. La de Zuluaga no es tan radical, pues la componen políticos de la vieja escuela, como Fabio Valencia Cossio, quienes entienden que tener presidente es estar cerca del poder y los contratos.
A Zuluaga le robaron las pasadas elecciones y se dedicó a organizar el CD, carnetizó su gente y puso en los cargos claves a sus amigos cercanos. Preparó todo para ser nuevamente el candidato presidencial del uribismo.
Pero no contó con Duque.
El “mozalbete inteligentón” como lo tildó con molestia Fernando Londoño, se convirtió en una tromba imparable. El pueblo lo comenzó a querer y había que detenerlo.
Se valieron de la calumnia y de tres columnistas cercanos al CD para armar el novelón del izquierdismo de Duque, que si bien hizo daño al comienzo, la calumnia terminó diluyéndose por disparatada.
Para completar, Zuluaga fue inhabilitado y de los 3 precandidatos quedaron solo Duque y Holmes, así que de inmediato puso a Paloma, Guerra y Nieto. Duque los derrotó y lo lógico era que al ganador se le sumaran de inmediato los perdedores, pero no fue así.
En un acto de imbecilidad, el CD aplicó su venganza repartiendo los avales para el congreso entre los más reconocidos antiduquistas de cada departamento, quienes en su gran mayoría, están haciendo su publicidad con Uribe, pero sin Duque,
Algunos de ellos, con tal de que Duque no gane, propician en secreto el voto para Marta Lucía u Ordóñez, quienes carecen del músculo para enfrentarse a las FARC en la campaña presidencial.
Le hago un llamado Dr. Oscar Iván: deje de tirar la piedra y esconder la mano. Igual le digo a María Fernanda Cabal y a Thania y a otros que saben de lo que hablo.
O nos unimos a Duque o nos hundimos. Dejemos el desgaste irresponsable. Los enemigos están afuera.
Twitter: @mariojpachecog