Por Mario Javier Pacheco
Unos le llaman suerte y otros, coincidencia. Yo le llamo oportunidad a cada encuentro en la esquina precisa, a la hora precisa, para que se produzca el chispazo que cambia la vida.
El inicio de los matrimonios, las amistades y los grandes negocios, siempre tuvieron esa esquina, esa mirada, ese apretón de manos que ratifica, no la casualidad, sino la oportunidad, porque el efecto dominó se desencadena cuando ambos encuentran en el otro lo que buscaban, una pareja, un empleado, un cargo y ahí estaban, en el momento indicado, con el perfil indicado.
Las esquinas de la vida son el sitio de cruce de la historia, y que lo diga Napoleón, a quien Josephine Beauharnais hizo emperador; y Bolívar, a quien Miguel Ibáñez convirtió en Libertador; y Uribe, cuyo encuentro con Fabio Echeverri, lo hizo presidente; o Iván Duque, que será presidente de Colombia porque Luigi Echeverri, descubrió que su compañero de trabajo en el BID, en Washington, era el hombre intachable e inteligente que merecía Colombia como su mandatario.
A la genialidad y liderazgo de los primeros personajes, la visión de los segundos les abrió la puerta de su grandeza. Sin ellos, tal vez otra hubiera sido la historia, pero si Duque no se hubiera preparado para ser presidente y Luigi no estuviera buscando un candidato que salvara al país del abismo de Santos, ese encuentro hubiera sido intrascendente.
Así que no es de gratis, ambos vienen de familias con rígidos principios de moral cristiana y mantienen una vida de autodisciplina, de estudio y deporte, al estilo de los antiguos espartanos, inusual en nuestros jóvenes y esto ser radicales contra la corrupción. No aceptan personas, ni actuaciones que se muevan un ápice de la legalidad.
Acompañar a Iván Duque y a Luigi desde antes de la candidatura, me permite certificar lo anterior y quiero hacer pública una anécdota que lo ratifica. Me precio de haber acercado amigos invaluables a la campaña como Amal Sajim, Jaime Rendón y otros, pero cuando quise traer a mis amigos políticos, con altas votaciones en sus departamentos, Luigi se me plantó.
- No Mario, ningún político, así sean tus amigos
Le respondí que las campañas en Colombia se hacen con los políticos, dueños de los votos y me dijo que esta vez nos iríamos con la inteligencia y percepción del pueblo, sin políticos, en coherencia con el discurso de Iván. Solo se recibirán adhesiones estrictamente programáticas y la política, en adelante será honesta.
Es verdad, el pueblo cuando tiene un candidato como Iván Duque, no los escucha.
La mermelada y la maquinaria de santos y las FARC, apoyando la gavilla de candidatos contra Duque, no moverán el 30% de los votos nacionales.
Arrasará en primera vuelta. Duque presidente.