Por Mario Javier Pacheco
Como una cierva atrapada bajo el monte de mi cuerpo
La tuve cautiva al ritmo de mis ataques violentos.
No fueron luchas parejas los combates de mis besos,
Cuando la abría y la mordía de sus muslos a su cuello.
Crujía su frágil cadera y a cada embate del sexo
Sus carnes convulsionaban de lujurias y tormentos
Pero ella siempre vencía y al terminar el encuentro
Mi vigor y robustez desparramaba en el lecho.
¡Ay soledad cuanto diera
Por regresar en el tiempo
Y ser joven con aquella
Cervatilla de mis versos!
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- Nostalgia y sadismo. Obra de Jesús Zurita- Galería Adora Calvo. Salamanca